domingo, 1 de febrero de 2009

¿Se supera la muerte de un hijo?

En nuestras vidas, somos continuamente espectadores de muerte y sufrimiento, en ocasiones a través de las pantallas, en otras, de forma más cercana. Cuando la muerte ocurre a miles de kilómetros, empatizamos seguramente de forma momentánea, para pasar después a nuestros quehaceres, a nuestras realidades, sin volver a sentir con tanta intensidad aquello que durante un momento más o menos largo, nos hizo sentir y dejar de arropar a aquél o aquella que tanto sufría, que tanto sufre.
En estas semanas pasadas, era frecuente ver a madres sufriendo por la pérdida de sus hijos en la franja de Gaza. En otras ocasiones, es frecuente ver a madres africanas que pronto perderán a los suyos.

¿Es posible prepararse para la muerte de un hijo? ¿es posible prepararse para contradecir la ley natural según la cual un hijo entierra a su madre, pero no una madre a su hijo?

El desgarro que siente una madre por la pérdida de un hijo es algo dificilmente olvidable.
Hoy, ha tenido lugar en Gordexola, el funeral por la muerte de un chaval de tan solo 18 años que murió tras ser arrollado por un tren en la vecina estación de Sodupe. El suceso nos ha dejado conmocionados/as a todos/as.
¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo comprender que la muerte forma parte de la vida? ¿cómo hacerlo cuando la persona es tan jóven, símbolo esta juventud de fortaleza y de vida?

Hay palabras como viudo o viuda que designan a aquel que sobrevive a un cónyuge; o huérfano, a quien ha perdido tempranamente un padre. Sin embargo, no existe nominación alguna para quien ha sobrevivido a un hijo. Algo del enorme sufrimiento que esa situación conlleva tenga, quizá, que ver con ello. Sólo en el idioma hebreo, existe una palabra shjol, que designa a la persona que ha perdido un hijo. A través de la literatura vemos como la escritora colombiana Bella Ventura describe con un término inventado por ella la condición humana de un ser que pierde a su hijo: Alma mocha. Quizá sea éste un tema tabú, relacionado con lo prohibido, con lo sagrado evitando nombrarlo por miedo a que suceda lo temido.
Este suceso se convierte en un duro golpe para la familia, sobre todo para la madre, a la que le costará mucho esfuerzo y quizá no logre jamás recuperarse.
El sentimiento de angustia e impotencia, además de dolor que nos acompaña, nos hace ser más solidarios y empáticos con aquellos/as que sufren, y aunque resulte difícil dar consuelo y llegar a la persona, lo intentamos con todas nuestras fuerzas.

Ante esta situación en la que dificilmente la madre encontrará en algún lugar consuelo, me pregunto cómo superarán esta situación aquellas personas que para las que este tipo de hechos resulta tan frecuente.

2 comentarios:

Unknown dijo...

como uno como hijo puede dar consuelo a su madre tras la perdida de su hijo al cual tenia nueve anos de no verlo y el cual muriera en accidente automovilistico ya no se que hacer nesesito respuestas no quiero tener otra perdida mas mi mama no esta bien que puedo hacer porfavo escribanme a huerta.mari87@gmail.com
por favor estoy desesperada

Paola y Santiago dijo...

mari. te mande un mensaje via gmail. Soy una mama que perdio a su beba. Arme un blog en donde volque todas mis vivencias desde el dia que fallecio y hoy el blog es un espacio de alivio y esperanza para los que comienzan este camino. te recomiendo que lo leas y lo lea tu mama tambien. se que le ayudará.
http://seguirviviendosinvos.blogspot.com/